Campaña bucodental

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martes, 15 de octubre de 2013

Controlar la Leishmania


La enfermedad

Como todos los propietarios de perros sabéis, la Leishmaniosis es una enfermedad grave de nuestros animales producida por un parásito microscópico llamado Leishmania infantum.  No olvidéis que es una zoonosis, es decir, puede transmitirse también al ser humano, especialmente a los niños o enfermos que tengan el sistema inmune debilitado.

Una vez contraída, estos protozoos, pueden permanecer escondidos en algunos órganos durante un tiempo hasta que encuentren las condiciones para desarrollar la enfermedad. Hay dos formas básicas de la enfermedad, una cutánea que afecta sobretodo a la piel, otra visceral que ataca a algunos órganos (bazo, ganglios linfáticos,...) o formas mixtas de las dos anteriores.

Los síntomas más habituales son la pérdida de peso, lesiones cutáneas,  inflamación de los ganglios linfáticos, sangrado nasal, vómitos, diarreas, cojeras, lesiones oculares...La causa más habitual de la muerte es un fallo renal crónico.

La transmisión

La transmisión de la enfermedad es a través de la picadura de un mosquito llamado flebotomo, que tras picar a un animal enfermo se lleva su sangre infectada con el protozoo, continúa el desarrollo de la leishmania en su interior, y cuando vuelve a picar a otro animal, transmite la enfermedad a un animal sano.



¿Cómo prevenir?

Una vez diagnosticado un animal con leishmaniosis, tenemos varias opciones de tratamiento cuyo resultado dependerá de cada caso y del momento del diagnóstico. Cuanto más precoz sea, más opciones de éxito podremos tener. Por eso es muy importante la prevención y el diagnóstico precoz.

Desde hace un tiempo disponemos de la primera vacuna comercializada para prevenir la leishmania: Canileish (Virbac) que ofrece a los animales una reducción de riesgo de desarrollar la enfermedad de forma activa de 3,6 veces menos que animales no vacunados. Queda aún lejos de la eficacia del resto de vacunas.

También hay diversos productos para repeler a los flebotomos durante los meses de calor (Advantix, Scalibor...), pero su eficacia nunca nos asegura al 100% la protección.

Conclusión

Como veis, estamos ante una enfermedad muy común, muy grave y con un difícil control, por eso la mejor recomendación es hacer un análisis de sangre anual después de la temporada estival (Octubre- Noviembre) para conocer el estado del animal y poder diagnosticar rápidamente a los perros y tomar las medidas oportunas.